lunes, 15 de diciembre de 2008

Soliloquio del Individuo


Yo soy el Individuo.
Primero viví en una roca
(Allí grabé algunas figuras).
Luego busqué un lugar más apropiado.
Yo soy el Individuo.
Primero tuve que procurarme alimentos,
Buscar peces, pájaros, buscar leña,
(Ya me preocuparía de los demás asuntos).
Hacer una fogata,
Leña, leña, dónde encontrar un poco de leña,
Algo de leña para hacer una fogata,
Yo soy el Individuo.
Al mismo tiempo me pregunté,
Fui a un abismo lleno de aire;
Me respondió una voz:
Yo soy el Individuo.
Después traté de cambiarme a otra roca,
Allí también grabé figuras,
Grabé un río, búfalos,
Grabé una serpiente
Yo soy el Individuo.
Pero no. Me aburrí de las cosas que hacía,
El fuego me molestaba,
Quería ver más,
Yo soy el Individuo.
Bajé a un valle regado por un río,
Allí encontré lo que necesitaba,
Encontré un pueblo salvaje,
Una tribu,
Yo soy el Individuo.
Vi que allí se hacían algunas cosas,
Figuras grababan en las rocas,
Hacían fuego, ¡también hacían fuego!
Yo soy el Individuo.
Me preguntaron que de dónde venía.
Contesté que sí, que no tenía planes determinados,
Contesté que no, que de allí en adelante.
Bien.
Tomé entonces un trozo de piedra que encontré en un río
Y empecé a trabajar con ella,
Empecé a pulirla,
De ella hice una parte de mi propia vida.
Pero esto es demasiado largo.
Corté unos árboles para navegar,
Buscaba peces,
Buscaba diferentes cosas,
(Yo soy el Individuo).
Hasta que me empecé a aburrir nuevamente.
Las tempestades aburren,
Los truenos, los relámpagos,
Yo soy el Individuo.
Bien. Me puse a pensar un poco,
Preguntas estúpidas se me venían a la cabeza.
Falsos problemas.
Entonces empecé a vagar por unos bosques.
Llegué a un árbol y a otro árbol;
Llegué a una fuente,
A una fosa en que se veían algunas ratas:
Aquí vengo yo, dije entonces,
¿Habéis visto por aquí una tribu,
Un pueblo salvaje que hace fuego?
De este modo me desplacé hacia el oeste
Acompañado por otros seres,
O más bien solo.
Para ver hay que creer, me decían,
Yo soy el Individuo.
Formas veía en la obscuridad,
Nubes tal vez,
Tal vez veía nubes, veía relámpagos,
A todo esto habían pasado ya varios días,
Yo me sentía morir;
Inventé unas máquinas,
Construí relojes,
Armas, vehículos,
Yo soy el Individuo.
Apenas tenía tiempo para enterrar a mis muertos,
Apenas tenía tiempo para sembrar,
Yo soy el Individuo.
Años más tarde concebí unas cosas,
Unas formas,
Crucé las fronteras
y permanecí fijo en una especie de nicho,
En una barca que navegó cuarenta días,
Cuarenta noches,
Yo soy el Individuo.
Luego vinieron unas sequías,
Vinieron unas guerras,
Tipos de color entraron al valle,
Pero yo debía seguir adelante,
Debía producir.
Produje ciencia, verdades inmutables,
Produje tanagras,
Di a luz libros de miles de páginas,
Se me hinchó la cara,
Construí un fonógrafo,
La máquina de coser,
Empezaron a aparecer los primeros automóviles,
Yo soy el Individuo.
Alguien segregaba planetas,
¡Árboles segregaba!
Pero yo segregaba herramientas,
Muebles, útiles de escritorio,
Yo soy el Individuo.
Se construyeron también ciudades,
Rutas
Instituciones religiosas pasaron de moda,
Buscaban dicha, buscaban felicidad,
Yo soy el Individuo.
Después me dediqué mejor a viajar,
A practicar, a practicar idiomas,
Idiomas,
Yo soy el Individuo.
Miré por una cerradura,
Sí, miré, qué digo, miré,
Para salir de la duda miré,
Detrás de unas cortinas,
Yo soy el Individuo.
Bien.
Mejor es tal vez que vuelva a ese valle,
A esa roca que me sirvió de hogar,
Y empiece a grabar de nuevo,
De atrás para adelante grabar
El mundo al revés.
Pero no: la vida no tiene sentido.

viernes, 12 de diciembre de 2008

Juicio Nocturno


Un juzgado de aburridas edades
Camino en la misma tierra
Recolectando las tragedias contínuas
Vacías ambiciones en una mente vacía
Hasta la colina cargué mi cruz
Me nace lujuria por el baile y el fuego
Profundizo para beber el nectar del ocaso
Derramé el viento y su fuego
Para robar sus colores
La esperanza hecha añicos se ha convertido en mi guía
El dolor y la melancolía en mis amigos
Un pacto de hermandad escrito con sangre
Declaró mi final en silencio.

Desnudo y muriendo bajo mundos de piedras silenciosas
Alcanzando el escudo lunar que alguna vez en nosotros brilló.

Soy el escudo lunar.

viernes, 5 de diciembre de 2008

Caminos

Un mundo plástico, lleno de medias verdades, con pocas tierras fértiles y donde la sinceridad está prácticamente en extinción. No culpo a nadie, a simple vista esta tierra amenazante plagada en guerras y odio te hace propenso a la desconfianza y a ocultarnos tras las palabras. La comunicación verdadera podré encontrarla cuando exista un canal fluido y sin resistencia entre mi personalidad física y mi esencia... y aparecen miedos. Miedo a ser diferente, miedo a la no aceptación social; un miedo tan famoso y contado que yo, de manera ingenua, he llegado a creer, incluso a internalizar. He hallado el esplendor?, aún no lo siento cerca. Mientras no supere la barrera material y le de importancia a los actos superfluos, invadirá siempre el tormento y sus inseguridades. Estoy en batalla conmigo, pero no es esa batalla ensangrentada, falaz y llena de muerte como las de las historias contadas. Es esa batalla enriquecedora, esa lucha que se libra cuando ya no te conformas con la respuesta aceptada, ese cuestionamiento que nace de lo etéreo y absorbe en plenitud los afanes del intento de descubrir, tratando de completar el puzzle pieza a pieza, paso a paso. El camino que se inicia en el momento en que ya no te conformas con lo masivamente inculcado y se quiere llegar más allá del pensamiento.

martes, 2 de diciembre de 2008

Divina naturaleza

Qué es lo que hace tan especial la imagen de algo que viste, o la presencia de una persona que conociste?. Es uno quien construye ese pensamiento para convertir el sujeto en algo perfecto?. Si creo que es mía la construcción de la emoción, o pensamiento, para tapar falencias personales, me estoy encerrando en un mundo solitario y banal, lejos del sacrificio y lo divino. Yo quiero creer que mucho de este mundo es verdaderamente espectacular, que posee belleza y bondad por sí mismo, pero se observa tantas veces día a día, noche tras noche, semana tras semana, que es fácil ir perdiendo la capacidad de impresión. Incluso yo, que quiero estar al tanto de lo que sucede segundo a segundo, me dejo absorber por pensamientos mundanos. Y mi futuro laboral?, y cómo criaré a mis hijos?, y la plata para tomar la micro?, hasta cuándo subirá el precio de las cosas que compro?... y te absorbe, y te corrompe, y te transforma en un bípedo gris, como todas las veredas, como todas las calles y edificios. Yo quiero creer en las cosas especiales, en lo único, en lo que pueda enseñarme algo espiritual y real. Ya no quiero sentir el temor. Sólo quiero que los cielos se vean más azules, los pastos más verdes, y sentir que mi risa está renaciendo más viva. Si logramos entrelazarnos, no será necesaria la palabra para transmitir nuestros pensamientos, elevándonos por algunos momentos fuera de este mundo tan básico y palpar el nectar de la vida. Lo esencial es invisible a los ojos.
Ella tiene algo. Algo oculta, y ella es lo más adorable que he visto en mis últimos meses de experiencias. Ella es bella por sí misma.