viernes, 5 de diciembre de 2008

Caminos

Un mundo plástico, lleno de medias verdades, con pocas tierras fértiles y donde la sinceridad está prácticamente en extinción. No culpo a nadie, a simple vista esta tierra amenazante plagada en guerras y odio te hace propenso a la desconfianza y a ocultarnos tras las palabras. La comunicación verdadera podré encontrarla cuando exista un canal fluido y sin resistencia entre mi personalidad física y mi esencia... y aparecen miedos. Miedo a ser diferente, miedo a la no aceptación social; un miedo tan famoso y contado que yo, de manera ingenua, he llegado a creer, incluso a internalizar. He hallado el esplendor?, aún no lo siento cerca. Mientras no supere la barrera material y le de importancia a los actos superfluos, invadirá siempre el tormento y sus inseguridades. Estoy en batalla conmigo, pero no es esa batalla ensangrentada, falaz y llena de muerte como las de las historias contadas. Es esa batalla enriquecedora, esa lucha que se libra cuando ya no te conformas con la respuesta aceptada, ese cuestionamiento que nace de lo etéreo y absorbe en plenitud los afanes del intento de descubrir, tratando de completar el puzzle pieza a pieza, paso a paso. El camino que se inicia en el momento en que ya no te conformas con lo masivamente inculcado y se quiere llegar más allá del pensamiento.

martes, 2 de diciembre de 2008

Divina naturaleza

Qué es lo que hace tan especial la imagen de algo que viste, o la presencia de una persona que conociste?. Es uno quien construye ese pensamiento para convertir el sujeto en algo perfecto?. Si creo que es mía la construcción de la emoción, o pensamiento, para tapar falencias personales, me estoy encerrando en un mundo solitario y banal, lejos del sacrificio y lo divino. Yo quiero creer que mucho de este mundo es verdaderamente espectacular, que posee belleza y bondad por sí mismo, pero se observa tantas veces día a día, noche tras noche, semana tras semana, que es fácil ir perdiendo la capacidad de impresión. Incluso yo, que quiero estar al tanto de lo que sucede segundo a segundo, me dejo absorber por pensamientos mundanos. Y mi futuro laboral?, y cómo criaré a mis hijos?, y la plata para tomar la micro?, hasta cuándo subirá el precio de las cosas que compro?... y te absorbe, y te corrompe, y te transforma en un bípedo gris, como todas las veredas, como todas las calles y edificios. Yo quiero creer en las cosas especiales, en lo único, en lo que pueda enseñarme algo espiritual y real. Ya no quiero sentir el temor. Sólo quiero que los cielos se vean más azules, los pastos más verdes, y sentir que mi risa está renaciendo más viva. Si logramos entrelazarnos, no será necesaria la palabra para transmitir nuestros pensamientos, elevándonos por algunos momentos fuera de este mundo tan básico y palpar el nectar de la vida. Lo esencial es invisible a los ojos.
Ella tiene algo. Algo oculta, y ella es lo más adorable que he visto en mis últimos meses de experiencias. Ella es bella por sí misma.