lunes, 26 de enero de 2009

Truco


La luz me engañó,
brilló más en la nada
y menos en el todo.
Los pájaros me ignoraron,
ocupados en sus asuntos
y jamás cantaron.
Me levanté
y fui directo
donde nace el manantial,
aguas heladas del río
susurraron una profecía
que yo no quise escuchar.
Iba como la hoja
empujada por el viento
y no por sus filamentos.
Iba ciego y decidido
donde nace el manantial.
Flores yertas me silbaron,
me miraron con ironía,
las odié y desprecié.
Una luz brillante al final
me hizo las flores olvidar.
Ansioso yo esperaba
poder bañarme y dibujar
en las aguas del manantial.
Ya llegando donde nace la vida
un espejismo me habló
humano, usted se equivocó
sí, me di cuenta
y la luz
y los pájaros
y las aguas
y las flores
tenían razón.
Luces etéreas: nunca nada fue más ambiguo.

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